domingo, 11 de abril de 2010

Larga Distancia

Por razones de la vida, una vez por mes hago un viaje de 420 km (de ida y 420 km de vuelta) en bondi que dura alrededor de 6 largas y lentas horas (6 de ida y 6 de vuelta). Con cientos de kilómetros acumulados en mi espalda he llegado a notar cosas que JAMÁS pueden faltar en un viaje de larga distancia en este medio de transporte.

A saber:

- Los bebés (hasta los 3 años) : pequeños seres que sufren en exceso esos recintos cerrados con 48 personas adultas emanando olores, temperatura y palabras todo el tiempo. Su llanto es insoportable pero totalmente comprensible.

- Los niños (de 3 -12 años) : generalmente hablan demasiado, juegan, preguntan y van muchas veces al baño, aunque sea simplemente para molestar a los demás pasajeros. Cuando son más de 2 pueden ser más insoportables que todo un grupo de adolescentes de ambos sexos de un colegio privado con las hormonas a full esperando por comer en Mc Donalds.

- Los adolescentes: suelen ser los más tranquilos y aislados, viven en su mundo que simplemente se limita a un par de auriculares y una gaseosa.

- Los ancianos: nunca encuentran el número de asiento, por eso se ubican donde se les antoja y cuando sube el pasajero correcto pelean por su ubicación a capa y espada llegando incluso a llamar al chofer quien amablemente les termina indicando su lugar.

- El tipo del celular: éste es un poco más escaso que el resto, pero no por ello menos menos importante. El tipo del celular es ese que habla a los gritos del asado que van a hacer cuando lleguen o de como solucionar los problemas de su PyME. Un ser repulsivo por donde se lo mire termina convirtiéndose en el enemigo número uno de todos aquellos que queremos ver la peli que pasan.

- Los celulares: protagonistas totales de cada viaje. Los múltiples ringtones y sonidos (mono, poli y de todo tipo de "fónicos") torturan a cada pasajero a toda hora, pero especialmente cerca del destino donde todos los familiares preocupados preguntan: "¿Por dónde andás? ¿Te falta mucho?" entre otras cosas.

- Las pelis: un apartado aparte para otro de los grandes protagonistas del viaje mensual (y porque no semanal, trimestral, semestral, o anual). Las películas de los bondis se pueden definir en 2 palabras: LO MÁS. Las odias o las amás o las odias primero y terminas amándolas. Generalmente son dvd's piratas con un combo de "acción" donde se ven muchos disparos, infinidades de muertes e innumerables explosiones, eso sí, lo que menos abunda en todas ellas es la creatividad del guión. Con "temáticas atrapantes" pueden mantener en vilo a cualquier espectador aburrido del paisaje con un simple karateka yanqui que termina salvando un tren de monjas y curas europeos. Raras veces, muy raras veces (como cuando una peli argentina gana un Oscar) te pueden acortar el viaje poniéndote: El Secreto de Sus ojos, 9 Reinas y el Hijo de la Novia como me pasó hace un tiempo atrás.

- El policía/gendarme: todavía no sé por que este tipo de personaje viaja gratis. Generalmente se sientan en el fondo (cuando tienen lugar) y si no recurren al "viajodedorapaconelculoentucara", haciendo que tu viaje sea casi como un examen parcial de la carrera de proctología.

- El "azafato": en el viaje que realizo no existe una azafata linda como en cualquier película. La cosa es así, un chofer maneja, el otro es el azafato. El azafato tiene la difícil misión de servir la gaseosa mientras el bondi se bambolea continuamente y de convidarnos un alfajor marca "XX" (marca de la empresa de transporte) que es una oda al sabor de la comida industrial.

- El apoya brazo: el único elemento capaz de generar discusiones silenciosas en el mundo. El que llega primero lo baja y lo gana y ahí comienza la historia. El secreto está en no descuidarse nunca y menos que menos apiadarse del eventual compañero de viaje. Pocas cosas en un viaje así de largo te dan tanto poder como ser el dueño del apoya brazos. El que lo comparte es un marica.

- Por último está el baño. Un recinto de 0,5 m x 0,5 m donde la gente (yo personalmente no lo uso) realiza sus necesidades. No importa si lo primero o lo segundo, lo importante es cagarle (literalmente) el viaje a los otros pasajeros.

Para la próxima vez que estés pensando en que viajar en bondi te puede ahorrar unos mangos, fijate si esos mangos son tan importantes como tu salud mental y si me estoy olvidando de algo copate y comentá.